__

jueves, 6 de septiembre de 2012

Distanciamiento.

De camino a casa solo podía pensar en lo que acababa de suceder, no me quitaba aquel inesperado beso de mi cabeza, pero a la vez solo quería olvidarme de aquel suceso, porque sabía que nunca se iba a repetir.

Caminaba con dirección a mi casa, pero inconscientemente y sin saber porqué acabé frente al portal de casa de Marta, inmediatamente salí corriendo de allí y fui a mi casa. Llegué al portal de mi casa y no acerté a abrir la puerta, estaba nervioso y no sabía como tranquilizarme. Al fin abrí y subí a casa, allí solo me esperaban mi gato y mi hermano mayor, Pedro.

Vivíamos los dos solos, mis padres nos dejaron al separarse porque ninguno quiso hacerse cargo de nosotros. Mi hermano trabajaba todo el día para mantener todo lo que teníamos: casa, coche, mascotas y sobretodo a nosotros mismos. La casa estaba pagada por nuestros padres pero debemos mantenerla limpia y siempre con comida y cosas suficientes para vivir cómodamente.

La historia de nuestra vida es triste si, pero no puedo ni debo pensar en eso ahora, solamente podía pensar en como había transcurrido todo aquella tarde. Se hacía de noche y yo fui a tumbarme al sofá antes de ir a dormir para descansar y coger con todas las fuerzas posibles el nuevo día.

Tan absorto estaba en mis pensamientos que no me di ni cuenta que mi hermano había apagado la televisión y se había ido a dormir hacía ya horas y que tenía a mi gato tumbado sobre un cojín que tenia encima de mis pies.

Casi eran las cuatro de la mañana y a las siete debía levantarme para poder estar a tiempo en clase una hora más tarde. Me fui a mi habitación y caí directamente sobre la cama encima de la colcha sin abrirla, sin ponerme el pijama, sin ganas de nada. Estaba de un humor extraño, no quería saber nada de nadie solo quería saber porque pasó lo que pasó aquella tarde.

No creo que Marta pudiera haberse enamorado de mi en tan solo dos días, es prácticamente imposible y por otra parte yo a día de hoy no sentía nada por ella más allá de amistad, no creo que pueda enamorarme de nadie en tan solo dos días.

Seguía pensando y pensando en todas estas cosas, yo no quería pero los pensamientos venían solos a mi cabeza. Por fin media hora aproximadamente después de meterme en la cama me dormí y lo que a mi me parecieron unos segundos y en realidad fueron dos horas y media más tarde me desperté y completamente sin poder sentir nada me puse a punto para otro anodino día de clase.

Caminaba sin ganas por la calle, camino a clase y la vi a lo lejos, allí estaba ella. Vaya momento más extraño, estaba viviendo lo que se conoce como un "déjà vu". Esta era la misma escena que viví dos días atrás en el primero del curso.

Si era exactamente la misma escena que poco tiempo antes, pero esta vez estaba completamente convencido que tendría un final totalmente distinto.

Aceleré mi paso aunque no se por qué. Supongo que sería simplemente por la inercia de repetir la misma escena. Estuve detrás de ella durante un rato, parecía que la siguiese. Pero poco a poco Marta aminoró la marcha y yo continuaba acelerando hasta que pasé por su lado y giré levemente la cara y vi que no levantaba la mirada hacia mi.

Pensé que lo de la tarde anterior había sido un error y un hecho aislado que valía la pena olvidar. Simplemente me dirigí rápidamente a clase y ignore todo cuanto había a mi alrededor.

Pasaban las horas de clase y los descansos y ambos nos ignorábamos. Varios días pasaron así, ni una ni otro se atrevía a acercarse a hablar. Todo parecía haber vuelto a ser como antes, aunque sabíamos que todo era diferente entre nosotros.

Pasaban los días de clase, incluso varias semanas y todo era igual, monótono, anodino, rutinario y más sinónimos que no consigo recordar ahora. Nada cambiaba, uno y otro hacíamos lo mismo día tras día: íbamos a clase sin cruzar palabra, hablábamos con nuestros respectivos "amigos", aunque cada uno sabía que no eran amigos simplemente gente con la que salir para olvidar a otras personas.

Así pasaba el tiempo para nosotros, cruzábamos miradas por los pasillos, pero ninguno se atrevía a dar ningún paso más. 

1 comentario: