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lunes, 14 de enero de 2013

Una historia inesperada.

Yo no sabía como contarle que había echado mucho de menos su compañía durante todo este tiempo, pero por otro lado pensaba que si le contaba que todos los días pensaba en ella y más aun viéndola siempre por clase, podría llegar a pensar que yo estaba enamorado de ella y no se si realmente esos eran mis sentimientos.

Así pues le conté que, como siempre, me pasaba los días sin hacer nada, sin salir de casa nada más que para ir a clase y casi antes de que estas acabasen ya deseaba volver para encerrarme en mi habitación y en definitiva en mi mundo.

Cada segundo que pasaba en la soledad de mi habitación se me hacía eterno, pero ¿qué más podía hacer yo si prácticamente no puedo hablar ni con mi propio hermano sobre mis problemas?. No tenía en quien apoyarme cuando lo pasaba mal.

Durante el tiempo en el que los dos pasamos algunas tardes juntas, yo sentía que ella era mi vía de escape, mi salida al mundo normal y una forma de no ser siempre el bicho raro que se encierra en casa.

Cuando ocurrió lo de aquel beso aquella tarde yo me quedé muy confundido y todavía hoy le doy vueltas a aquel momento. No se si simplemente fue un impulso que no supo controlar y de verdad sintió aquel acto, o si por su parte simplemente piensa que fue algo que se le escapo de las manos y no debería haber pasado nunca.

Después de que todo esto llegase a oídos de Marta y se enterase por primera vez de como me sentía yo realmente durante todo este tiempo, se levantó del sofá y vino a sentarse junto a mi, al otro lado del salón.

<<Luis, yo no sabía que el mero hecho de que yo saliese contigo fuera de las clases durante unos días había supuesto tanto para ti.-Se recostó sobre mi hombre y continuó.-Recuerdo perfectamente el día del beso, no se porque hice eso ni se si lo volvería a hacer.

En ese momento tenía mis sentimientos confundidos, no te lo conté, pero aquel verano, salía con alguien y todo se termino justo antes de comenzar las clases. A él le conocí en el campamento, salimos durante todo el tiempo que duró, pero al llegar el fin del campamento y del verano nos dimos cuenta de que lo nuestro no podía ser.

Yo por mi parte quería seguir con nuestra relación, pero el último día, cuando tenían que venir a recogernos me llevé una gran sorpresa y no para bien. Él... ¡TENÍA NOVIA!. Junto a sus padre vino a por él otra chica, la que al principio yo pensé que era su hermana o algún familiar suyo, hasta que se besaron.

Estaba en shock, no supe que hacer y simplemente borré de mi mente los buenos meses que habíamos pasado juntos e hice como si este verano no hubiese existido, a parte de salir con él y engañarme lo único bueno que me pasó fue que me hablasen de ti.

Cuando volví a la ciudad y a ver a los que eran mis amigos, comenzaron a preguntarme por lo que había hecho este verano, al no quererles contar nada pensaron que no tenía confianza en ellos y decidieron que no querían salir mas conmigo porque no sabían si les ocultaba más cosas.

Y creo que eso es todo lo que me ha pasado este verano y por lo que reaccioné así. Tú no lo has pasado bien, ni yo tampoco lo creas o no, pero por encima de todo los pocos días que compartimos como amigos agradecí mucho tu amistad.>>

Me quedé helado, sin poder casi ni parpadear y por supuesto sin poder articular palabra. Miraba fijamente a Marta, pero cuando terminó su discurso bajé inmediatamente la cabeza al suelo, no podía mirarla a la cara, me había utilizado para no estar sola.

-¿CÓMO PUDISTE HACERME ESO Y SIN NI SIQUIERA CONOCERNOS?- Estaba muy alterado, y esas fueron las primeras palabras que salieron de mi boca. No se si fueron las más adecuadas para el momento pero me sentí muy utilizado.

-Pero... pero... yo no...- Marta no pudo decir nada más entre sollozos y yo continué con mi enfado.

-No puedo creer que yo depositase mi confianza en ti y que tú simplemente me estuvieses tratando como un sustituto del novio que te engañó en el campamento.-Estaba lleno de rabia, pero realmente no entendía porque.-Yo no soy sustituto de nadie y mucho menos de alguien así de...-Me detuve en seco.

Marta estaba llorando muchísimo y todo por culpa de mis gritos. Estaba siendo una persona muy insensible, sin darme cuenta estaba haciéndole daño y no me había percatado de la situación. Ella me contaba todas estas cosas, porque seguramente se sentía arrepentida de su comportamiento.

Me estaba contando cosas que como había dicho no sabían ni sus anteriores amigos. A mi me molestaron muchas de las cosas que ella me dijo, pero justo en ese instante y viéndola llorar de ese modo me propuse una cosa a mi mismo y también tenía que ver con ella.

Abracé a Marta, no quería que pensase que no me importaban sus sentimientos ni como se encontraba porque eso no era así. La abracé durante un buen rato y a la vez le acariciaba suavemente el pelo para que se calmase.

Esperaba sinceramente que mejorase un poco su estado de ánimo, no me gustaba verla tan triste y por su puesto, mucho menos por mi culpa.

La recosté un poco en el sofá, cogí el vaso de agua de la mesa y fui a la cocina a por mas agua y algo de papel para que se secase las lagrimas.

Marta bebió un poco de agua y después le sequé suavemente las lágrimas que salían de sus hermosos ojos y me quede mirándola e intentando tranquilizarla con suaves caricias en su rostro y sus brazos.

Poco a poco ella reaccionó y cuando casi estuvo tranquilizada del del todo le conté lo que paso por mi cabeza minutos antes.

-Marta, quiero proponerte una cosa.-Le esbocé una leve sonrisa, pero ella estaba demasiado triste como para devolvérmela.- He estado pensando y creo que lo mejor para los dos es olvidarnos de todo esto, de todos estos meses tan extraños y comenzar desde cero.

Ella no hacía intención alguna de contestar a mis palabras, mas yo no esperaba respuesta alguna a ellas. Tenía que acabar de contarle todo lo que mi mente había trabajado.

-Quiero que pienses en todo esto, aunque se que el que más tiene que pensar soy yo, pero de todos modos creo que nos vendrá bien a ambos tomarnos un tiempo de reflexión. aun queda una semana antes de comenzar las clases de nuevo y quiero proponerte que tengamos este tiempo para pensar cada uno en lo que queremos hacer. Yo te ofrezco mi amistad y comenzar de cero y si puedes perdóname todos los malos ratos que te haya hecho pasar.

Marta se levantó del sofá y fue a ponerse sus zapatos, era ya casi medianoche y tenia que volver a su casa, pero seguía sin contestarme a nada y yo ahora si esperaba una respuesta aunque simplemente fuese un "Me lo pensaré".

Se puso sus zapatos y me devolvió las zapatillas de mi madre que le presté. Cogió el vaso y se terminó lo que le quedaba de agua, también se secó las pocas lágrimas que le quedaban y puso camino a la puerta principal.

-Luis...-Dijo justo antes de girar el pomo de la puerta y detenerse en seco.-... no necesito ningún tiempo para pensar, yo tengo las cosas muy claras y las he tenido todo este tiempo, puede que al principio confundiese cosas, pero ahora se lo que siento y lo que quiero hacer. Si necesitas más tiempo para pensar lo entiendo son muchas cosas las que te he contado y pueden haberte sonado extrañas, pero si no me gustaría poder quedar contigo pasado mañana donde siempre, si aun recuerdas donde es, y comenzar de cero como me propones.

Abrió la puerta despacio, supongo que no esperaba una respuesta y así fue no pude articular palabra. Salió y fue escaleras abajo perdiéndose poco a poco el sonido de sus tacones en el suelo. Cerré la puerta cuando ya no se podía escuchar nada y fui a mi habitación.

Las palabras de Marta resonaron toda la noche en mi cabeza.No podía dejar de pensar en todo lo que ella me había dicho y como cambiaba todos los pensamientos que tuve durante todo este tiempo.

Continué toda la noche inmóvil sobre la cama sin mover un ápice de mi cuerpo. Poco a poco pude ver el Sol entrando por los agujeros de la persiana de mi habitación y fue entonces cuando reaccioné.